De las semillas de las uvas se extraen, generalmente por presión en frío, el llamado aceite de uvas o aceite de pepitas de uvas. Se trata de un aceite vegetal de base, ideal para combinar con aceites esenciales o para realizar maceraciones y obtener así verdaderos tratamientos naturales con propiedades medicinales.
Por sí solo, los beneficios del aceite de uva sobre la piel son notables. Su textura ligera penetra bien en la piel, sin obstruir los poros, cosa que sucede con los aceites minerales. El aceite de pepitas de uva constituye un tratamiento antienvejecimiento por su contenido en vitamina E, pero al ser ligero se puede usar también en pieles jóvenes.
La gran ventaja del aceite de uva frente a la mayoría de los aceites vegetales en el cuidado de la piel es su poder protector frente a las agresiones ambientales y el paso del tiempo. Es que el aceite extraído de la semillas de las uvas en muy rico además de en vitaminas A, E y resveratrol, el cual es un antioxidante muy especial, capaz de favorecer la regeneración de diversos tejidos.
Las propiedades medicinales del resveratrol y sus dosis óptimas siguen siendo objeto de estudio, y no está claro si la aplicación local del aceite de semillas de uva puede aportar los mismos beneficios a la piel que la ingesta oral del mismo. Por ello, para cuidar la piel con aceite de semilla de uva se recomienda tomar una cucharadita al día de este producto, siempre que sea apto para uso oral, y a la vez aplicar tres o cuatro gotas del mismo en la cara y el cuello, por la mañana y por la noche, pasando a usar a continuación un filtro solar en las horas de luz.
Los beneficios del aceite de semillas de uva también se pueden aprovechar en el caso de pieles con acné preparando una mascarilla casera con una cucharada de arcilla verde, dos cucharadas de infusión de tomillo o de romero, unas gotas de aceite de árbol de té y una cucharadita de aceite de uvas. Se mezcla y se deja reposar unos dos minutos. A continuación se aplica sobre las zonas afectadas y se deja actuar de 10 a 15 minutos, sin permitir que llegue a secarse sobre la piel. La mascarilla se retira con abundante agua tibia.